Crisis hídrica en México: ¿Podría el “día cero” llegar este año?

Pese a las lluvias de junio, Edomex reporta abastecimiento crítico de 26,18% en el Sistema Cutzamala y sequías en 85% del país

3 de julio de 2024Infraestructura
Por Belén Palkovsky

Cambio climático, baja histórica en las precipitaciones y sobreexplotación de acuíferos son algunas de las causas para la crisis hídrica que México viene enfrentando en el primer semestre del año. Las 210 principales presas del sistema presentan actualmente un nivel de llenado abajo del 36%, con un volumen total de 46,136 millones de metros cúbicos. 

Ya las presas que alimentan el Sistema Cutzamala, uno de los más importantes para la capital y su área metropolitana, se encuentran en niveles preocupantemente bajos, incluso después de las lluvias. 

Capacidad de las presas que abastecen el Sistema Cutzamala - ANUAL 


Porcentaje de almacenamiento en el Sistema Cutzamala - Mensual 2024 (Fuente: Bbc)
 
Sin embargo, el Sistema Cutzamala no es la única fuente de abastecimiento de la región; cerca del 60% proviene de acuíferos subterráneos, subsuelo y manantiales. El problema es que estos recursos no están llegando a recuperarse a tiempo, dado el aumento en la densidad demográfica y las condiciones climáticas extremas. 

Los locales afectados por la crisis abarcan la Ciudad de México, con 13 de las 16 alcaldías experimentando problemas de abastecimiento, entre las cuales están Tlalpan, Iztapalapa, Magdalena Contreras y Tláhuac. 

Ya en el Estado de México, los municipios más afectados son Atizapán de Zaragoza, Ecatepec, Lerma, Naucalpan, Nezahualcóyotl, Toluca, Tlalnepantla y San Mateo Atenco. Pero el problema no se limita a apenas un estado, extendiéndose por todo el territorio nacional, en regiones como Sonora, Chihuahua, Sinaloa, Durango, Tamaulipas, Oaxaca, Guerrero, San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo y Aguascalientes. 

Una de las medidas adoptadas por las autoridades para contener la situación es el régimen de tandeo, que consiste en la adopción de un suministro intermitente en las regiones donde los niveles son más críticos. 

El "día cero", fecha en que el suministro de agua quedaría inhabilitado en el Valle de México, estaba previsto por Conagua para junio de este año. No obstante, la proyección se ha desplazado hacia el segundo semestre. De la misma forma, otras autoridades como la ONU y AgUAM, advierten que, sin medidas emergenciales, es posible que la situación crítica persista, transformándose en uno de los problemas más relevantes de la próxima década. 

De cualquier forma, no es la primera vez que México se ve en esta posición. Desde la escasez registrada a comienzos del siglo XX, a la crisis de 2022 en Monterrey, el territorio agrupa una série de factores que lo dejan cada vez más vulnerable a carencias hídricas, siendo la principal de ellas una deficiencia en la infraestructura. 

A pesar de los esfuerzos del Gobierno de la Ciudad durante la gestión de Claudia Sheinbaum (ahora presidente electa del país) para rehabilitar el sistema Lerma y contener el problema de las fugas, 40% del agua de la capital continúa perdiéndose debido a la antigüedad de las tuberías. 

Se estima que, para modernizar toda la red y garantizar el abastecimiento del Valle de México, se necesitan más de USD 5.000 millones en inversiones

Paralelamente, el contexto climático no hace más que acentuar la situación. Temperaturas que alcanzan máximas históricas (hasta 47 grados celsius en algunas regiones), precipitaciones 41,1% abajo de la media de años anteriores y 85,2% del territorio nacional pasando por sequías moderadas o extremas son algunos ejemplos de que el desabastecimiento de agua no es un hecho aislado, mas un eslabón codependiente. 

Monitor de sequías - México 2024 

Aun representando alrededor del 15% del consumo total de agua, las autoridades lanzan iniciativas para que la población adopte una postura racionadora y colabore con la contención de la crisis. Por otro lado, especialistas del sector hídrico presionan al poder público para que elabore un plan de desarrollo que contemple:
 
  • Modernización infraestructural de la red;
  • Implementación de sistemas de captación para el agua de lluvia; 
  • Tratamiento de agua urbana para su posterior reuso en el sector agropecuário e industrial; 
  • Educación de la población y compatibilización del marco regulatorio; 
  • Colaboración entre el sector público y privado para garantizar la eficiencia y agilidad de los próximos proyectos hídricos. 
Adicionalmente, la escasez de agua ha incrementado las tensiones fronterizas con EE.UU., que usualmente se centran en la migración. Según el tratado de 80 años, ambos países deben compartir la gestión de los ríos Colorado y Grande. Sin embargo, las condiciones actuales han dificultado que México cumpla con su parte del acuerdo, desilusionando a los agricultores tejanos, gravemente afectados por la sequía.

Esto, a su vez, podría impactar el nearshoring, un fenómeno creciente en la región, ya que las inversiones estadounidenses que dependan de recursos hídricos, podrían verse obligadas a abandonar México si la situación no mejora.

La crisis del agua en Centroamérica no es una mera preocupación inmediata, mas un reto continuo que requerirá colaboración e innovación por tiempo indeterminado. Este y otros asuntos fundamentales para el desarrollo de México serán abordados en octubre, en México GRI Infra & Energy 2024, donde actores clave del sector privado y entidades públicas se reunirán para discutir estratégias y soluciones de alto impacto. 

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