Estos son los puntos clave del renacimiento ferroviario en América Latina

Integración regional, competitividad económica y sostenibilidad impulsan grandes iniciativas. La pregunta es: ¿cómo se financian?

9 de mayo de 2025Infraestructura
Por Belén Palkovsky 

En una reunión virtual organizada por GRI Club Infrastructure, ejecutivos, inversionistas, y autoridades públicas latinoamericanas discutieron el panorama actual del sector ferroviario en la región, enfocándose en la rehabilitación de vías existentes, la construcción de nuevos corredores y la sostenibilidad financiera de los proyectos. A continuación, presentamos los puntos clave abordados en el encuentro. 

En los últimos años, América Latina ha experimentado un renacer en sus proyectos ferroviarios, con países como México, Perú, Chile y Colombia liderando una serie de incentivos y políticas para el sector. Este resurgimiento se ve justificado por el aumento poblacional y las crecientes necesidades de transporte masivo, eficiente y ecológico, así como por la demanda de soluciones logísticas que favorezcan el desarrollo económico.

México, por ejemplo, ha destinado $157,000 millones de pesos (aproximadamente US$8,700 millones) a iniciativas como el Tren México-Querétaro y el Tren Maya. En Perú, se destacan el Tren Grau y la rehabilitación de antiguas rutas orientadas al transporte de carga. Chile, por su parte, continúa con su plan "Chile sobre Rieles", que contempla una inversión de US$5,000 millones para triplicar la cantidad de pasajeros transportados en los próximos años.

Sin embargo, con los avances, la ejecución de proyectos ferroviarios aún enfrenta obstáculos relacionados con la magnitud de las inversiones necesarias, la escasez de capital, las complejidades regulatorias de cada región y la incertidumbre política. Además, la falta de estabilidad en la demanda, la integración tecnológica y la creación de sistemas ferroviarios compatibles entre distintos países también son aspectos citados como obstáculos para la concreción de estos proyectos.

En Perú, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones está actualmente implementando su Plan Nacional de Desarrollo Ferroviario, que incluye la modernización del Ferrocarril Central y el Ferrocarril Sur-Oriente, ambos concesionados desde 1999 y centrados principalmente en el transporte de minerales. 

El Ferrocarril Huancayo-Huancavelica, con un enfoque social, ha sido recientemente adjudicado para mejorar el transporte de comunidades rurales mediante tarifas accesibles. Entre otros proyectos, también se encuentra el Tren Grau, que conectará la costa peruana desde Tumbes hasta Tacna, y el Ferrocarril Marcona-Andahuaylas, cuyo propósito es unir la costa con los Andes. Este último requiere una inversión estimada de US$8,000 millones y será en su mayoría financiado por empresas mineras, lo que asegura su viabilidad. 

Además, el gobierno ha priorizado la ampliación de la Línea 1 del Metro de Lima, que ha superado las expectativas de demanda, lo que podría llevar a un aumento en su capacidad.

Por otro lado, en Colombia, la Promotora Ferrocarril de Antioquia ha presentado un plan para rehabilitar aproximadamente 2,500 km de vías férreas, muchas de ellas con más de 100 años de antigüedad. Los proyectos más destacados incluyen el Tren del Café, que se conecta con el Tren del Pacífico, y el Tren de Río, que se encuentra en fase de factibilidad.

Este último será mixto, destinado tanto al transporte de carga como de pasajeros. Además, el Tren Verde conectará el corredor central con Dorada y Chiriguaná. Un proyecto emblemático es el Tren Aburrá Magdalena Medio, que unirá el Tren de Río con el Tren Verde, mejorando la conectividad en el Valle de Aburrá. Este proyecto, que se ejecutará en fases, comenzará con la conexión entre los municipios del valle, donde actualmente no existe un sistema de transporte masivo. Se estima que el costo total de este proyecto será de $5.4 billones de pesos colombianos, y su ejecución dependerá en gran medida de la colaboración de muchos agentes. 

En cuanto a obstáculos comunes, la financiación es el principal. Las elevadas cifras necesarias han llevado a los gobiernos a buscar alternativas como los fondos multilaterales y las asociaciones público-privadas para mitigar el riesgo financiero. 

En este sentido, la Corporación Andina de Fomento (CAF), el banco de desarrollo de América Latina, ha sido clave en el financiamiento de iniciativas como el Ferrocarril Central de Uruguay y la Línea 6 del metro de São Paulo. 

La CAF, cuyos representantes participaron activamente en la reunión, enfatizan la importancia de contar con un marco regulatorio estable y compatible en toda América Latina, que facilite la interoperabilidad de los sistemas ferroviarios. Este enfoque también se alinea con la estrategia política de integración latinoamericana, respaldada por líderes como Gabriel Boric y Lula da Silva, que buscan fortalecer la competitividad logística de la región, especialmente en un contexto de reconfiguración comercial a nivel global.

Un proyecto que ejemplifica esta visión regional es el Corredor Bioceánico, que pretende conectar Perú, Paraguay, Brasil y Chile por medio de modales portuarios y ferroviarios. Esta mega infraestructura tiene el potencial de transformar la logística de exportación en la región, pero también enfrenta desafíos importantes debido a las diferencias en los anchos de los rieles entre los países involucrados. El financiamiento de esta ambiciosa obra está fuertemente apoyado por China, que a través de su iniciativa de infraestructura global, ya ha invertido aproximadamente US$286.1 mil millones en proyectos para América Latina y el Caribe. Cabe destacar que esta cifra comporta diversos proyectos en diferentes sectores, todos relacionados al desarrollo infraestructural de la región. 

En términos de innovación, la transición de los trenes diésel a trenes eléctricos, es quizá la más urgente de las necesidades. Ya el uso de trenes de hidrógeno, aunque prometedor, aún enfrenta barreras debido a los elevados costos de infraestructura y a la falta de una red de recarga adecuada en la región. 

Por otro lado, se están implementando materiales más eficientes para la construcción de vías férreas, lo que contribuye a mejorar la resiliencia climática de los proyectos. Esto es especialmente importante en una región con condiciones geográficas complejas, que cada vez más se ven afectadas por el cambio climático. 

En conclusión, el futuro de los ferrocarriles en América Latina, sea para transporte de carga o de pasajeros, depende de la capacidad de la región para innovar, optimizar la eficiencia energética y garantizar la sostenibilidad ambiental de cada iniciativa, lo que, a su vez, sirve para atraer inversiones extranjeras que cumplan con los actuales estándares globales. 

De esta forma, Latinoamérica podrá impulsar fuertemente el desarrollo económico a través de la integración regional y ampliar su competitividad frente a las potencias exportadoras.  Para esto, los especialistas concuerdan en que la colaboración entre el sector público y privado, así como el compromiso por avanzar más allá de los ciclos políticos, será clave en la materialización de estos ambiciosos planes.

En ese contexto, Latam GRI Infra & Energy convoca a los principales inversores y altos ejecutivos de los sectores de infraestructuras y energía del mundo para celebrar reuniones estratégicas de alto nivel centradas en cerrar la crítica brecha financiera en América Latina. 

Tradicionalmente en Nueva York, la 10ª edición tendrá lugar el 26 de agosto por primera vez en Ciudad de México, reuniendo a más de 200 miembros influyentes - incluidos fondos de pensiones, fondos soberanos, bancos de inversión, multilaterales, operadores y concesionarios- para entablar debates francos sobre política económica, estrategias de inversión de impacto y soluciones innovadoras que impulsen el desarrollo sostenible de las infraestructuras. 

Más información sobre la agenda y cómo participar aquí.