México: comercio, energía, agua y transporte bajo la lupa de los inversionistas
¿Cuáles son las prioridades de la nueva administración para el desarrollo de la infraestructura?
9 de enero de 2025Infraestructura
Por Belén Palkovsky
Además de la reciente toma de posesión de Claudia Sheinbaum como presidenta electa, México se encuentra en un punto de inflexión, marcado por la transición energética y la necesidad de definir su posición en la economía global. A pesar de contar con una ubicación estratégica y signos de recuperación económica, el país enfrenta una brecha de infraestructura estimada en miles de millones de dólares, que limita su capacidad para aprovechar el potencial del nearshoring. Actualmente, solo el 2.7% del PIB se destina a infraestructura, muy por debajo del promedio regional recomendado del 5%.
En términos macroeconómicos, la inflación estabilizada en 4.7% y tasas de interés reales entre el 5% y el 6% encarecen el financiamiento, dificultando la puesta en marcha de nuevos proyectos. Por su parte, Moody’s ha calificado el clima de inversión del país como “negativo”, debido principalmente al alto endeudamiento de Petróleos Mexicanos (Pemex), la empresa estatal con mayor carga financiera de América Latina, y a la incertidumbre que generan las políticas regulatorias bajo la nueva administración, lo que podría aumentar los costos del capital.
En un escenario donde el nearshoring consolida a México como un socio clave para las empresas estadounidenses —superando a China como principal socio comercial de Estados Unidos—, este fenómeno ha impulsado una notable inversión industrial en el norte del país. Sin embargo, problemas relacionados con logística, recursos hídricos y suministro energético aún requieren atención para maximizar su impacto. La reciente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha introducido nuevas dinámicas en las relaciones bilaterales, con su enfoque proteccionista y posibles restricciones comerciales que amenazan con reconfigurar las cadenas de suministro regionales.
En el ámbito energético, el país se ha comprometido a alcanzar un 45% de energías renovables en su matriz para 2030. Sin embargo, enfrenta limitaciones como la insuficiencia de infraestructura de transmisión, los altos costos iniciales de los proyectos y su dependencia del gas natural importado, lo que afecta la seguridad energética nacional.
En este contexto, México GRI Infra & Energy 2024 reunió a representantes del sector privado y a las nuevas autoridades públicas para discutir estas cuestiones y presentar propuestas concretas hacia 2025. Los debates abarcaron el financiamiento de infraestructura, la integración regional, la digitalización y la sostenibilidad, proporcionando una visión amplia sobre las oportunidades y obstáculos para el desarrollo del país.
Este informe recoge las perspectivas, análisis y propuestas discutidas durante la conferencia.
Además de la reciente toma de posesión de Claudia Sheinbaum como presidenta electa, México se encuentra en un punto de inflexión, marcado por la transición energética y la necesidad de definir su posición en la economía global. A pesar de contar con una ubicación estratégica y signos de recuperación económica, el país enfrenta una brecha de infraestructura estimada en miles de millones de dólares, que limita su capacidad para aprovechar el potencial del nearshoring. Actualmente, solo el 2.7% del PIB se destina a infraestructura, muy por debajo del promedio regional recomendado del 5%.
En términos macroeconómicos, la inflación estabilizada en 4.7% y tasas de interés reales entre el 5% y el 6% encarecen el financiamiento, dificultando la puesta en marcha de nuevos proyectos. Por su parte, Moody’s ha calificado el clima de inversión del país como “negativo”, debido principalmente al alto endeudamiento de Petróleos Mexicanos (Pemex), la empresa estatal con mayor carga financiera de América Latina, y a la incertidumbre que generan las políticas regulatorias bajo la nueva administración, lo que podría aumentar los costos del capital.
En un escenario donde el nearshoring consolida a México como un socio clave para las empresas estadounidenses —superando a China como principal socio comercial de Estados Unidos—, este fenómeno ha impulsado una notable inversión industrial en el norte del país. Sin embargo, problemas relacionados con logística, recursos hídricos y suministro energético aún requieren atención para maximizar su impacto. La reciente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha introducido nuevas dinámicas en las relaciones bilaterales, con su enfoque proteccionista y posibles restricciones comerciales que amenazan con reconfigurar las cadenas de suministro regionales.
En el ámbito energético, el país se ha comprometido a alcanzar un 45% de energías renovables en su matriz para 2030. Sin embargo, enfrenta limitaciones como la insuficiencia de infraestructura de transmisión, los altos costos iniciales de los proyectos y su dependencia del gas natural importado, lo que afecta la seguridad energética nacional.
En este contexto, México GRI Infra & Energy 2024 reunió a representantes del sector privado y a las nuevas autoridades públicas para discutir estas cuestiones y presentar propuestas concretas hacia 2025. Los debates abarcaron el financiamiento de infraestructura, la integración regional, la digitalización y la sostenibilidad, proporcionando una visión amplia sobre las oportunidades y obstáculos para el desarrollo del país.
Este informe recoge las perspectivas, análisis y propuestas discutidas durante la conferencia.