Infraestructura y su efecto contracíclico en la desaceleración económica

Rafael Herz, de la Financiera de Desarrollo Nacional de Colombia, brinda - en exclusiva - su visión sobre el panorama actual

12 de mayo de 2025Infraestructura
Por Belén Palkovsky

Colombia enfrenta un panorama económico mixto en 2025. El crecimiento proyectado del Producto Interno Bruto (PIB) es del 2,5%, impulsado por la demanda interna y la inversión, aunque persisten desafíos fiscales y externos, tales como la volatilidad de los precios del petróleo, que afecta los ingresos por exportaciones, las tensiones comerciales internacionales, que podrían impactar sectores clave como el café, y las dificultades en las cadenas de suministro globales, que incrementan los costos de importación.

La desaceleración económica, por otra parte, ha afectado el empleo y la producción. La inflación muestra señales de moderación, situándose en torno al 5,1%, y la tasa de interés ha caído al 9,25%, el nivel más bajo desde 2022. Sin embargo, el país enfrenta un déficit fiscal del 6,7% del PIB y una deuda pública elevada, lo que ha generado tensiones políticas y económicas. 

En términos de infraestructura, los avances en las últimas décadas han sido notables. No obstante, el camino por recorrer sigue siendo largo, especialmente en sectores como el transporte, la energía y la infraestructura social.

En una entrevista exclusiva con GRI Club, Rafael Herz, vicepresidente de Estructuración de la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN) de Colombia, aborda las prioridades del gobierno y de la entidad, analiza los avances realizados y reflexiona sobre los principales desafíos que aún enfrenta el país.

A pesar de los efectos negativos de la desaceleración, Herz destaca que los proyectos de infraestructura pueden actuar como un motor de reactivación económica.
 “La infraestructura no solo se ve afectada por la desaceleración, sino que se presenta como una de las principales herramientas para combatirla”, explica. Esto se debe a que, además de generar empleo directo en la construcción y ejecución de proyectos, estos mejoran las condiciones de competitividad a largo plazo, ofreciendo una mejor conectividad y acceso a mercados tanto locales como internacionales.

Herz también subraya que las inversiones en infraestructura vial y energética no solo responden a las necesidades inmediatas, sino que aprovechan el ciclo económico para facilitar la entrada de nuevos capitales y activar la actividad económica en sectores dependientes de la movilidad y la energía.

El sector ferroviario, históricamente relegado, es uno de los grandes desafíos que enfrenta el país. La FDN ha identificado varios proyectos prioritarios para reactivar la red ferroviaria, como el corredor que conecta La Dorada con Santa Marta y Chiriguaná, un proyecto clave para mejorar el transporte de carga entre el interior y el Caribe colombiano. Esta obra, que forma parte de las alianzas público-privadas (APP), fue adjudicada al consorcio Estructura Plural Línea Férrea, conformado por Ortiz Construcciones y Proyectos S.A. (75% de participación), Transporte Ferroportuario de Colombia - Transferport S.A.S. (15%) y C.I. Colombian Natural Resources I S.A.S. (10%). 

En este contexto, también se evalúan nuevas conexiones ferroviarias con el Pacífico y la frontera con Venezuela, lo que podría ofrecer alternativas viables para el transporte de productos agroindustriales.

En cuanto a movilidad urbana, el Metro de Bogotá y el metro comunitario 80 en Medellín están entre los principales proyectos de movilidad urbana. También se están ejecutando proyectos de cable aéreo en ciudades como Medellín, Manizales y Bogotá, con un fuerte enfoque en sostenibilidad y en la reducción de la huella de carbono mediante el uso de vehículos eléctricos en el transporte público.

Por otro lado, la transición energética es otro pilar fundamental en la estrategia de desarrollo de Colombia. La generación de energía renovable es una prioridad para el gobierno, con proyectos solares y eólicos como el Parque Solar de Guajira liderando la agenda. “Pero el desafío no está solo en generar la energía, sino en cómo llevamos esa energía a donde realmente se necesita”, advierte el ejecutivo.

Aunque Colombia ya tiene una matriz energética relativamente diversificada y limpia, con un fuerte componente de generación hidroeléctrica, el país también ha invertido en generación termoeléctrica a gas como respaldo en caso de sequías. Se destaca la viabilidad de los pequeños proyectos hidroeléctricos (PSH) como una solución viable para seguir diversificando la matriz energética hacia un modelo más limpio.

El mejoramiento de las líneas de transmisión, que son cruciales para evacuar la energía producida en zonas como la Guajira y transportarla a los principales centros urbanos del país, también es un punto de atención. Este desafío se hace aún más complejo por las barreras sociales y ambientales que implican la construcción de estas líneas. A pesar de estos retos, Herz considera que las energías renovables representarán una gran oportunidad para Colombia, posicionándola como un líder regional en sostenibilidad.

Uno de los aspectos más destacados para Herz es el enfoque de la FDN en la infraestructura social, particularmente en sectores como salud y educación. El ejecutivo resalta que, más allá de construir hospitales y colegios, el objetivo es transformar la calidad de vida de las personas a través de proyectos que sean sostenibles y adaptados a las necesidades de las comunidades. La FDN sigue involucrada en la infraestructura hospitalaria con proyectos como el Hospital de Bosa y el Hospital Simón Bolívar en Bogotá.

Destaca que existe una tendencia a querer entregar proyectos rápidamente en función de los ciclos políticos, pero subraya la necesidad de una estrategia más profunda que permita que los proyectos no solo se entreguen, sino que tengan un impacto duradero y positivo en las comunidades.

Una de las iniciativas más innovadoras en este ámbito es el concepto de multicampus, que busca integrar centros educativos universitarios y técnicos en un solo espacio, promoviendo la colaboración entre el sector público y privado. Estos proyectos buscan optimizar los recursos y mejorar el desarrollo de capital humano en Colombia.
Otro tema recurrente en la conversación es la necesidad de una correcta estructuración de los proyectos. Para Herz, muchos de los problemas que han afectado la ejecución de proyectos en Colombia tienen que ver con la falta de estructura financiera adecuada.

En este sentido, la FDN ha adoptado un enfoque más creativo en la financiación de proyectos, utilizando modelos como el Project Finance para estructurar inversiones a largo plazo. “El reto de la estructuración no solo está en la parte económica, sino en cómo adaptamos los proyectos a la realidad cambiante de los mercados y las necesidades del país. Esto exige ser eficientes, pero también ser innovadores”, puntualiza.

A medida que Colombia continúa avanzando en su agenda de infraestructura, Rafael Herz es optimista respecto a las oportunidades que se presentan. La clave, para él,  está en aprovechar los recursos y las alianzas público-privadas para superar los obstáculos históricos y construir un país más conectado, sostenible y competitivo.
“La infraestructura no es solo un conjunto de proyectos. Es el cimiento sobre el cual se construye el futuro de Colombia”, concluye.

El 17 de junio, Rafael participará en un encuentro en Bogotá, donde los principales líderes y tomadores de decisiones de Colombia se reunirán para discutir de manera abierta los retos y oportunidades en el desarrollo, financiamiento y operación de proyectos en sectores clave como transporte, energía, agua, saneamiento e infraestructura urbana. Consulta la agenda y descubre cómo participar: