
Hidrógeno verde en América Latina: ¿Qué falta para su adopción masiva?
Federico Villatico Campbell, CEO de StrategHy, aporta su visión exclusiva sobre los desafíos de este mercado emergente
26 de maio de 2025Infraestrutura
Por Belén Palkovsky
La creciente necesidad de una transición global hacia una economía descarbonizada ha situado al hidrógeno verde en el centro de los debates, tanto en América Latina como en el resto del mundo. Este vector energético, producido mediante la electrólisis del agua utilizando fuentes renovables como la solar y la eólica, se perfila como una solución clave para reducir las emisiones en sectores donde la electrificación directa no es viable, como la industria pesada, la aviación y el transporte marítimo.
Además, el hidrógeno verde ofrece flexibilidad al poder transformarse en productos derivados como amoníaco y metanol, lo que facilita su transporte y almacenamiento. En algunos casos, también permite la adaptación de infraestructuras existentes, como gasoductos, para su distribución en mezclas controladas. Al mismo tiempo, su producción puede llevarse a cabo localmente en regiones con abundantes recursos renovables, lo que permite tanto el abastecimiento interno como la exportación de moléculas y derivados, convirtiéndolo en una alternativa estratégica para la transición energética.
No obstante, a pesar de su potencial, el hidrógeno verde aún enfrenta desafíos técnicos, económicos y regulatorios.
"Uno de los problemas más grandes a nivel global, y especialmente en América Latina, es la falta de demanda consolidada, ya que los compradores dudan en comprometerse debido al mayor costo del hidrógeno verde comparado con los productos convencionales basados en fósiles", explica Federico Villatico Campbell, CEO de StrategHy, consultora especializada en soluciones para la transición energética.
Según él, para superar estas barreras, será necesaria la intervención de financiamiento concesional que reduzca los riesgos asociados con estos proyectos, junto con el desarrollo de marcos regulatorios claros para permitir la transferencia de tecnologías.
El ejecutivo, que conversó en exclusiva con GRI Club sobre el panorama actual del hidrógeno verde en Latinoamérica, destaca que cada país tiene un enfoque diferente:
El CEO de StrategHy sostiene que las soluciones deben diseñarse en función de la aplicación final para minimizar costos y complejidades técnicas.
"Para distancias de hasta 1.500 o 3.000 kilómetros, el transporte por tuberías es la opción más eficiente para grandes volúmenes. Para exportaciones a larga distancia, los derivados como el amoníaco y el metanol son las mejores alternativas", comenta, explicando que estos derivados permiten evitar los problemas del almacenamiento a alta presión y la costosa licuefacción del hidrógeno.
Aunque el transporte marítimo de amoníaco enfrenta desafíos regulatorios y de seguridad, se están desarrollando marcos normativos internacionales para mejorar su viabilidad.
En cuanto al almacenamiento, se están explorando soluciones como el almacenamiento geológico en cuevas, que podrían ofrecer una alternativa eficiente y segura.
Respecto al financiamiento de los proyectos, el ejecutivo destaca que existen fondos específicos dedicados a proyectos de hidrógeno verde. Por ejemplo, en Chile se ha establecido un fondo con la participación de bancos multilaterales como el Banco Mundial y el Banco Europeo de Inversiones.
Este modelo de financiamiento "blended", que combina recursos públicos y privados a través de diversos instrumentos como subvenciones y préstamos, se considera uno de los más efectivos.
Entre los mecanismos más relevantes se encuentra el contrato por diferencia (CfD), que permite compensar la diferencia de costos entre el hidrógeno verde y los combustibles tradicionales hasta que la tecnología se vuelva competitiva. Además, el mecanismo H2 Global del gobierno alemán apoya la producción y demanda de hidrógeno verde a través de un sistema de doble subasta. En este modelo, los productores venden a precios bajos a largo plazo, mientras que los compradores adquieren los productos a corto plazo a precios más altos, con la diferencia cubierta por subsidios. Este sistema facilita la creación de un mercado competitivo, superando barreras clave como la falta de demanda consolidada.
Finalmente, Villatico Campbell propone las siguientes recomendaciones para que los gobiernos latinoamericanos aceleren la implementación del hidrógeno verde a gran escala:
Agregación de la demanda: Crear un mercado regional robusto que atraiga inversiones.
La creciente necesidad de una transición global hacia una economía descarbonizada ha situado al hidrógeno verde en el centro de los debates, tanto en América Latina como en el resto del mundo. Este vector energético, producido mediante la electrólisis del agua utilizando fuentes renovables como la solar y la eólica, se perfila como una solución clave para reducir las emisiones en sectores donde la electrificación directa no es viable, como la industria pesada, la aviación y el transporte marítimo.
Además, el hidrógeno verde ofrece flexibilidad al poder transformarse en productos derivados como amoníaco y metanol, lo que facilita su transporte y almacenamiento. En algunos casos, también permite la adaptación de infraestructuras existentes, como gasoductos, para su distribución en mezclas controladas. Al mismo tiempo, su producción puede llevarse a cabo localmente en regiones con abundantes recursos renovables, lo que permite tanto el abastecimiento interno como la exportación de moléculas y derivados, convirtiéndolo en una alternativa estratégica para la transición energética.
No obstante, a pesar de su potencial, el hidrógeno verde aún enfrenta desafíos técnicos, económicos y regulatorios.
"Uno de los problemas más grandes a nivel global, y especialmente en América Latina, es la falta de demanda consolidada, ya que los compradores dudan en comprometerse debido al mayor costo del hidrógeno verde comparado con los productos convencionales basados en fósiles", explica Federico Villatico Campbell, CEO de StrategHy, consultora especializada en soluciones para la transición energética.
Según él, para superar estas barreras, será necesaria la intervención de financiamiento concesional que reduzca los riesgos asociados con estos proyectos, junto con el desarrollo de marcos regulatorios claros para permitir la transferencia de tecnologías.
El ejecutivo, que conversó en exclusiva con GRI Club sobre el panorama actual del hidrógeno verde en Latinoamérica, destaca que cada país tiene un enfoque diferente:
- Chile: Se consolida como líder regional con una política pública robusta, más de 60 proyectos en desarrollo y una meta de 5 GW de capacidad de electrólisis para 2025. La región de Magallanes se perfila como un hub mundial para el hidrógeno verde, aunque enfrenta desafíos relacionados con los costos y la infraestructura.
- Argentina: Está trabajando en una nueva ley de hidrógeno verde para atraer inversiones, especialmente en la Patagonia, donde se proyectan parques eólicos para la producción de hidrógeno.
- Uruguay: Adopta un enfoque progresivo con iniciativas piloto como el Proyecto Kahirós en Fray Bentos y estudios de factibilidad para metanol verde.
- Paraguay: Avanza en la regulación con reglas claras para inversionistas, y proyectos como el de Atome Energy en Villeta, que busca producir fertilizantes verdes.
- Brasil: Impulsa proyectos de hidrógeno verde con una inversión de hasta US$3 mil millones, respaldados por el BNDES, y desarrolla un marco regulatorio para consolidar polos de hidrógeno hasta 2035, aprovechando su matriz energética renovable.
- Panamá: Busca convertirse en un hub de producción y distribución de combustibles sintéticos derivados del hidrógeno verde, con una estrategia nacional que incluye la promoción de un mercado regional integrado y el desarrollo de infraestructura logística.
- Costa Rica: Con una matriz energética casi totalmente renovable, promueve proyectos de generación eléctrica con recursos solares, eólicos y de biomasa, y se prepara para recibir inversiones en energías renovables e hidrógeno verde. Hay desarrollos en curso para la producción de amoníaco verde.
El CEO de StrategHy sostiene que las soluciones deben diseñarse en función de la aplicación final para minimizar costos y complejidades técnicas.
"Para distancias de hasta 1.500 o 3.000 kilómetros, el transporte por tuberías es la opción más eficiente para grandes volúmenes. Para exportaciones a larga distancia, los derivados como el amoníaco y el metanol son las mejores alternativas", comenta, explicando que estos derivados permiten evitar los problemas del almacenamiento a alta presión y la costosa licuefacción del hidrógeno.
Aunque el transporte marítimo de amoníaco enfrenta desafíos regulatorios y de seguridad, se están desarrollando marcos normativos internacionales para mejorar su viabilidad.
En cuanto al almacenamiento, se están explorando soluciones como el almacenamiento geológico en cuevas, que podrían ofrecer una alternativa eficiente y segura.
Respecto al financiamiento de los proyectos, el ejecutivo destaca que existen fondos específicos dedicados a proyectos de hidrógeno verde. Por ejemplo, en Chile se ha establecido un fondo con la participación de bancos multilaterales como el Banco Mundial y el Banco Europeo de Inversiones.
Este modelo de financiamiento "blended", que combina recursos públicos y privados a través de diversos instrumentos como subvenciones y préstamos, se considera uno de los más efectivos.
Entre los mecanismos más relevantes se encuentra el contrato por diferencia (CfD), que permite compensar la diferencia de costos entre el hidrógeno verde y los combustibles tradicionales hasta que la tecnología se vuelva competitiva. Además, el mecanismo H2 Global del gobierno alemán apoya la producción y demanda de hidrógeno verde a través de un sistema de doble subasta. En este modelo, los productores venden a precios bajos a largo plazo, mientras que los compradores adquieren los productos a corto plazo a precios más altos, con la diferencia cubierta por subsidios. Este sistema facilita la creación de un mercado competitivo, superando barreras clave como la falta de demanda consolidada.
Finalmente, Villatico Campbell propone las siguientes recomendaciones para que los gobiernos latinoamericanos aceleren la implementación del hidrógeno verde a gran escala:
Agregación de la demanda: Crear un mercado regional robusto que atraiga inversiones.
- Desarrollo de corredores verdes: Establecer infraestructuras terrestres y marítimas que conecten centros de producción y consumo, facilitando la exportación e intercambio regional.
- Hubs industriales: Fomentar enclaves industriales que concentran la demanda y apliquen modelos de economía circular para optimizar recursos energéticos e hídricos.
- Simplificación administrativa: Implementar ventanillas únicas para la aprobación de proyectos, acelerando su implementación.
- Cuotas mínimas de utilización: Establecer porcentajes obligatorios de uso de hidrógeno en sectores estratégicos como la industria y el transporte.
- Proyectos piloto: Promover iniciativas de pequeña y mediana escala que, por su menor volumen de inversión, tienen mayores posibilidades de acceder a financiamiento y servir como base para la expansión de la tecnología en la región.